En cada charla que dictó en cada artículo de blog que redacto, me gusta compartir mis vivencias, muchas de estas son anécdotas de mis años de estudios o de experiencia laboral y hasta temas un poco personales, comparto esta información con el objetivo de enseñarles lecciones aprendidas buenas y no tan buenas para que les puedan sacar el máximo provecho.
Hoy les quiero contar un poco, sobre mi experiencia de estudiante y mi relación con el tiempo durante esos años de estudios, cuando inicie mis estudios universitarios vivía en un área cerca y relativamente lejos de la ciudad, que se convirtió en un lugar muy especial para mi, La Chorrera, tenía poco tiempo de haberme mudado de la provincia de Los Santos. En esa época sólo existía el puente de las Américas, por favor no me saquen la cédula jeje, recuerdo pararme cada mañana a las 3:45 am y prepararme para salir a la parada a esperar el bus, no contaba con auto en esos tiempos, llegaba a la parada más cercana a la casa de mis padres y rezaba para que llegara el bus rápido y con puestos libres, la realidad es que muchas veces me tocó venirme parada hasta la ciudad y esto no era muy divertido, el trayecto tomaba alrededor de una hora y 30 minutos sin tranque, sin embargo, los tranques en aquella época eran bastante seguidos y caóticos, al existir una única vía que comunicaba la chorrera con la ciudad, despejar la calle al momento de cualquier inconveniente como accidente o derrumbe de tierra era complicado, y si, comente derrumbe de tierra, pues en varias ocasiones supe lo que era estar en una vía más de 2 horas, el máximo que pase fueron 6 horas y fue una experiencia interesante. Incluso recuerdo tener que caminar por tramos oscuros y largos pues el bus se había descompuesto y no tenía dinero para pagar otro.
El tranque que duró alrededor de 6 horas, fue producto de que se había derrumbado un árbol y un alud de tierra y despejar la calle fue bastante complicado, en esa ocasión no estaba en el bus, estaba en la terminal de transporte tratando de regresar a mi hogar, con poco dinero para comprar una cena y sin ningún contacto de confianza en donde quedarme mientras solucionaban las autoridades el problema de la vía y lograba regresar, a pesar de estas situaciones siempre he considerado que en esa época era incluso más planificada que hoy día, y solía pedir apoyo sin ninguna clase de orgullo o pena, gracias a estas situaciones mi habilidad de comunicación se desarrolló, me tocaba pedir un espacio para poder ducharme, solicitar me trajeran gratis hasta algún punto, traer ropa extra en mi maleta por cualquier inconveniente. Mi bolso era más como una maleta de mano de viaje, le decían la mochila del gato cósmico pues tenía de todo.
Normalmente llegaba a las 6 am a la ciudad, tomaba el siguiente bus para llegar a mi lugar de trabajo, yo estudiaba de noche y trabajaba durante el día, me tocaron muy buenos jefes, soy muy afortunada por eso, pues eran personas que creían en la educación, tenía un permiso especial del trabajo para salir a las 4 pm de esa manera podía llegar a la universidad temprano, la realidad es que yo pagaba esta oportunidad llegando a un buena hora. Mi horario de universidad era de 5:45 p.m. a 10:45 p.m. salía de la universidad y espera el bus que me llevara lo más directo a la terminal, a veces tenía suerte y aún había bus directo por la autopista (esto es un bus que en 40 minutos me dejaba en mi parada), cuando la suerte estaba en veremos, me tocaba un bus de camino que demoraba hora y media hasta dos, dependiendo múltiples factores, pues mi parada era la última.
Para mi estudiar era muy importante, era la forma de poder ayudar a mi familia, lo chistoso es que muchos hoy día piensan que mis padres eran personas con mucho dinero y con una vida sin complicaciones, la realidad es que era todo lo contrario, eran dos personas con una educación básica pero que luchaban por sus hijos, para darles la mejor educación posible, muy trabajadores y con una creatividad única, sin miedo a volver a empezar una y otra vez para darnos el regalo y la herencia más valiosa que podían dejarnos, nuestra EDUCACIÓN y VALORES, y así lo hicieron, sus tres hijos somos profesionales universitarios, emprendedores, ganadores de becas y premios, pero sobre todo personas de bien. Mis padres son líderes comunitarios, de broma en mi adolescencia le decía a mi madre que era Santa Teresa, me molestaba ver tanta gente solicitando su ayuda con un enfermo, o buscando libros de la casa, o cuando me obligaban a dar clases (gratis), hoy día esas enseñanzas y su ejemplo es lo que me impulsa a apoyar y brindar mi tiempo y dar un granito de arena en pro de un mundo mejor.
En ese entonces optimizar mi tiempo era más importante que hoy día, tenía que trabajar y estudiar, vivía lejos de la universidad y tenía muchas otras metas que cumplir y ayudar a mis padres y hermanos, las horas en los tranques eran una bendición (si lo eran para mi), las utilizaba para estudiar, encontré un sistema simple pero efectivo, me compre con mi primer salario un walkman, leía en voz alta los temas a estudiar y los grababa como hoy día un podcast de Spotify, luego en los tiempos de tranque, escuchaba las grabaciones y de esta forma el contenido de los estudios era más fácil su asimilación. También salía más temprano en las mañanas para llegar a la ciudad a las 6 am, eso hacía que llegara al trabajo a las 6:30 am, mi hora de ingreso eran las 8:00 am, tenía tiempo extra para repasar. Como les comenté salía tarde y llegaba a casa prácticamente a la media noche. No les miento, me encontré con muchos ángeles en mi camino a esos ángeles les llamo amigos, profesores, ex compañeros de universidad o trabajo, los señores buseros y pavos (acomodadores en los buses), personas que conocía en los buses o esperando en la terminal, en fin, el universo, Dios, o en lo que usted crea, siempre puso personas especiales en mi camino.
Siempre me preguntan cómo hacía para estudiar, vivir lejos y trabajar al mismo tiempo, la respuesta era buscar formas creativas para que ese tiempo que se pudiese ver como un tiempo desperdiciado se le sacará el provecho al 100%. Además ya desde esa época el gen emprendedor estaba en mí, con el dinero que ganaba compraba productos como perfumes, conocí a Amazon y traía productos de belleza, cree mi primera página web, donde mostraba los productos que vendía, era un catálogo y tenía un formulario para que realizaran los pedidos, para los técnicos que me leen les cuento que la hice con PHP y MySQL. Siempre digo que quejarse no está mal, pero actuar es mucho mejor, si se va a quejar hágalo, pero también actué y cree algo positivo. En vez de enfocarme en que vivía lejos, no tenía mucho dinero, no tenía auto, y ver todos los NO, me enfoqué en todos los SÍ, mi madre siempre me decía no aceptes un no por respuesta, al que toca muchas puertas siempre se le abre la adecuada y eso es parte de mi mantra de vida.
En resumen, si usted tiene una meta, enfoque su energía en salir adelante sin mirar los PEROS o los NO, el tiempo es el insumo más importante que usted tiene para cumplir sus sueños, aprovéchelo, no gaste su energía en escuchar a personas que solo saben quejarse y no han creado nada en su vida, existen muchas formas de solucionar un problema, que su enfoque sea la solución, luego evalúe el problema y saque las lecciones aprendidas, hoy día hay mucha tecnología que puede poner en práctica para apoyar su productividad en cualquier área de su vida, pero tenga en cuenta que su uso debe ser para su bien, no debería generarle estrés llevar una agenda.
En fin, hoy quise compartir esta experiencia con ustedes, la vida puede que no sea fácil, pero tampoco debe ser un viaje que no se disfrute, disfrute el viaje llamado vida y observe todas las oportunidades que nos brinda cada día. Para todos los jóvenes que pasan por experiencias similares a las mías en aquella época, no se desanimen, busquen siempre formas creativas para salir adelante, ustedes son muy valiosos y estas experiencias están para enseñarles muchos valores, el valor del tiempo, el valor de la familia, el valor de la comunidad, el valor de usted, si de usted, que es brillante y un ser lleno de luz.
Gracias por leerme hasta aquí, con cariño soy Vielsa G.